Skip to main content

La filariosis canina, también conocida como «enfermedad del gusano del corazón», es una afección grave causada por el parásito Dirofilaria immitis. Esta enfermedad es transmitida por mosquitos y puede poner en riesgo la vida de los perros si no se detecta y trata a tiempo. En este artículo te explicaremos en detalle cómo se desarrolla la filariosis, cuáles son sus síntomas, cómo prevenirla y los tratamientos disponibles para proteger a tu mascota.

¿Qué es la filariosis canina?

La filariosis es una enfermedad parasitaria en la que el mosquito, al picar al perro, inyecta larvas del parásito que se desarrollan y migran hacia el corazón y los pulmones. Allí, las larvas se convierten en gusanos adultos, obstruyendo los vasos sanguíneos y causando daños graves en el sistema cardiovascular y respiratorio. Estos gusanos pueden llegar a medir entre 15 y 30 cm de longitud, afectando significativamente la salud del perro.

¿Cómo se transmite la filariosis?

El ciclo de la filariosis comienza cuando un mosquito infectado pica a un perro, introduciendo las larvas del parásito en el torrente sanguíneo. Las larvas migran hasta el corazón y los pulmones, donde maduran y se reproducen. Este proceso puede tomar varios meses, y una vez que los gusanos alcanzan la madurez, comienzan a afectar gravemente la salud del perro.

Síntomas de la filariosis en perros

Los síntomas de la filariosis varían según el número de gusanos presentes y el tiempo que lleve la infección. En las primeras etapas, la enfermedad puede ser asintomática, pero conforme avanza, los signos clínicos más comunes incluyen:

  • Tos persistente.
  • Fatiga y debilidad tras el ejercicio.
  • Pérdida de peso y falta de apetito.
  • Dificultad para respirar o jadeos excesivos.
  • Hinchazón abdominal debido a la acumulación de líquidos.
  • Colapso o desmayos en casos graves.

Si la enfermedad no se trata, puede llevar a una insuficiencia cardíaca, daño pulmonar severo o incluso la muerte.

Diagnóstico de la filariosis

Para diagnosticar la filariosis, el veterinario realizará un análisis de sangre para detectar la presencia de microfilarias (larvas del parásito) o antígenos específicos del gusano adulto. También pueden requerirse pruebas adicionales, como radiografías o ecocardiogramas, para evaluar el estado del corazón y los pulmones y determinar la gravedad de la infección.

Tratamiento de la filariosis en perros

El tratamiento de la filariosis depende del estado de salud del perro y del grado de avance de la enfermedad. Normalmente, el tratamiento se lleva a cabo en varias fases:

  1. Eliminación de microfilarias y gusanos adultos: Se administran medicamentos para matar las larvas y los gusanos adultos en el corazón y pulmones. El proceso debe ser controlado cuidadosamente por un veterinario, ya que los gusanos muertos pueden provocar complicaciones si no se manejan adecuadamente.
  2. Reposo estricto: Durante el tratamiento, es esencial que el perro se mantenga en reposo absoluto para evitar que los gusanos muertos causen obstrucciones peligrosas en los vasos sanguíneos.
  3. Tratamiento sintomático: Si el perro ya ha desarrollado complicaciones cardíacas o pulmonares, el veterinario puede recetar medicamentos adicionales para controlar los síntomas y mejorar la función cardíaca.
  4. Seguimiento veterinario: El tratamiento no termina una vez que los gusanos son eliminados. Es crucial realizar chequeos periódicos para asegurarse de que no haya recurrencia de la enfermedad y para monitorear la recuperación del perro.

Prevención de la filariosis

La prevención es la mejor herramienta para proteger a los perros de la filariosis. Existen varios métodos preventivos disponibles que son fáciles de administrar y altamente efectivos. Entre las opciones se incluyen:

  • Tabletas o medicamentos masticables mensuales: estos fármacos matan las larvas del parásito antes de que puedan desarrollarse en gusanos adultos.
  • Inyecciones preventivas: que pueden administrarse cada 6 o 12 meses para proteger al perro.
  • Collares o pipetas repelentes de mosquitos: ayudan a reducir la posibilidad de que el perro sea picado por mosquitos infectados.

Es importante seguir un plan preventivo constante, especialmente si vives en una zona donde la filariosis es común, como áreas cercanas a cuerpos de agua o climas cálidos y húmedos.

La mejor prevención es una revisión periodica con tu veterinario. Si quieres realizar una revisión a tu mascota, pide cita previa con nosotras aquí

Ir al contenido